Retiro Hora Tercia - Viernes Santo

 





Viernes Santo

Hora Tercia




  • Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén





San Juan 18, 19-40

"El sumo sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina.
Jesús le respondió: 'He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas.
 ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ellos saben lo que he dicho.'
 Apenas dijo esto, uno de los guardias, que allí estaba, dio una bofetada a Jesús, diciendo: '¿Así contestas al sumo sacerdote?'
 Jesús le respondió: 'Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?'
 Anás entonces le envió atado al sumo sacerdote Caifás.
Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: '¿No eres tú también de sus discípulos?' Él lo negó diciendo: 'No lo soy.'
 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dice: '¿No te vi yo en el huerto con él?'
 Pedro volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
 De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer la Pascua.
 Salió entonces Pilato fuera hacia ellos y dijo: '¿Qué acusación traéis contra este hombre?'
 Ellos le respondieron: 'Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.'
 Pilato replicó: 'Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley.' Los judíos replicaron: 'Nosotros no podemos dar muerte a nadie.'
 Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte iba a morir.
 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: '¿Eres tú el rey de los judíos?'
 Respondió Jesús: '¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?'
 Pilato respondió: '¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?'
 Respondió Jesús: 'Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí.'
 Entonces Pilato le dijo: '¿Luego tú eres rey?' Respondió Jesús: 'Sí, como dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.'
 Le dice Pilato: '¿Qué es la verdad?' Y, dicho esto, volvió a salir hacia los judíos y les dijo: 'Yo no encuentro ningún delito en él.
 Pero es costumbre entre vosotros que os ponga en libertad a uno por la Pascua. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al rey de los judíos?'
 Ellos volvieron a gritar diciendo: '¡A ése, no; a Barrabás!' Barrabás era un salteador."









 'Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?'


Pedro volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
'¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?'


'Sí, como dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.'


Pilato: '¿Qué es la verdad?'


 Ellos volvieron a gritar diciendo: '¡A ése, no; a Barrabás!' 







Meditación

"¿Quiénes eran exactamente los acusadores?...
En el cuarto Evangelio, pues, el círculo de los acusadores que buscan la muerte de Jesús está descrito con precisión y claramente delimitado: designa justamente la aristocracia del templo e, incluso en ella, puede haber excepciones, como da a entender la alusión a Nicodemo
(Del libro del Papa Benedicto XVI «Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección»)
 

"¿Qué es la verdad? La pregunta del pragmático, hecha superficialmente con cierto escepticismo, es una cuestión muy seria, en la cual se juega efectivamente el destino de la humanidad. Entonces, ¿qué es la verdad? ¿La podemos reconocer? ¿Puede entrar a formar parte como criterio en nuestro pensar y querer, tanto en la vida del individuo como en la de la comunidad?
Dios es «ipsa summa et prima veritas, la primera y suma verdad» (S. Theol. I, q. 16, a. 5 c)."

(Del libro del Papa Benedicto XVI «Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección»




Oración

"¿Recuerdas, Jesús Rey y Salvador, tu despedida de María el Jueves Santo?... ¿Recuerdas su dolor al encontrarte, camino de la muerte?... ¿Recuerdas lo que dijo Ella con su mirada en los estertores ya de la agonía?... Si la amas siempre como el Hijo-Dios, por Ella, por María, atrae las almas que queremos al Sagrario... ¡Oh, dales de beber del cáliz de tu amor!..." 
(Padre Mateo Crawley-Boevey-HORA SANTA)


"Estoy herido... y la herida es honda y ancha, como es hondo y grande el desamor con que me pagan los de mi propia casa... Y ya veis: mi queja es un lamento amable... este reproche, una caricia de mi Corazón que quiere enternecer y conquistar los vuestros. ¡Oh, dadme más amor, al menos vosotros, mis amigos, dadme amor más verdadero!..." 
(Padre Mateo Crawley-Boevey-HORA SANTA)





  • Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)
















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